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Represión en la movilización del 12 de enero en Tegucigalpa. |
Se gesta ahora mismo un nuevo rebrote de la lucha
anti-JOH, luego del retroceso sufrido por las directrices titubeantes de la
cúpula de la Alianza. Este es el momento indicado para que la clase trabajadora
salga de entre las sombras y aparezca luminosa, contribuyendo a la lucha del
pueblo contra la ilegal reelección y por la reconquista de sus derechos. Solo
la caída de Juan Orlando por la vía revolucionaria a través de un Paro
Nacional, con la participación de los trabajadores, permitirá un retroceso
cualitativo de la reformas anti obreras del actual régimen.
La clase obrera, el
gremio más golpeado por el gobierno
Entre el salario que perciben los trabajadores y el costo
de la vida existe una brecha inmensa, ya no es posible sobrevivir únicamente
con el sueldo miserable que paga la empresa privada y que es definido en mutuo
acuerdo con las dirigencias traidoras de las Centrales Obreras. En la
actualidad hay aproximadamente un 52% de desempleados que combinado con las
nuevas leyes laborales como el trabajo de medio tiempo y por hora, convierte la
miserable situación de los trabajadores en un caldo de cultivo para la
desregularización de sus condiciones y derechos laborales. Hagamos mención de
algunos casos: el derecho a la permanencia laboral, a contratos colectivos e
individuales, la sindicalización y a la maternidad. Bajo estas deplorables
condiciones las faenas diarias de los trabajadores son cada vez mas tortuosas,
con jornadas de trabajo más extensas y con salarios cada vez más bajos; tal es
el caso de las 25 trabajadoras de la maquila Delta en la Zona industrial
Cholomeña donde las operarias fueron despedidas porque sus manos, brazos u
hombros fueron estropeados por el intenso ritmo de la jornada laboral. El
trabajo esclavo sintetizado en el Plan 20/20 es la nueva política de empleo del
gobierno.
El golpe de Estado de 2009 inauguró un periodo de
derrotas al movimiento obrero que se extiende hasta el día de hoy. El actual
gobierno fue el que golpeó con más fuerza a los gremios de la clase trabajadora
destruyendo y corrompiendo sindicatos como ocurrió con el SITRAINHFA y el
STENEE entre muchos otros. El gremio magisterial que otrora fue el pilar de la
lucha de resistencia contra el golpe, ahora es el más débil por la puesta en
práctica de la contrarreforma educativa. Humillado y sin fuerza, el magisterio
solo agacha la cabeza ante los mandatos de la Secretaría de Educación quien
hace y deshace con los derechos de los docentes.
La actitud contemplativa de las direcciones traidoras del
movimiento obrero y su arraigada tradición oportunista y reformista los hizo
virar hacia las trincheras electorales, cambiando su fatiga de sindicalistas
por la de candidatos. En otras palabras cambiaron las calles, las huelgas y la
lucha gremial por los curules, en esta aventura no les fue tan bien. Aprovechando
esa situación Juan Orlando dio continuidad pero de forma más agresiva a la
privatización de instituciones y empresas del Estado a través de COALIANZA, su
gran estandarte es la entrega de la ENEE al capital privado transnacional
desatando con ello una purga de obreros al despedir a aproximadamente a 25 mil
trabajadores estatales, un hecho nunca antes visto. Luego de conseguir asestar
derrotas políticas al movimiento obrero pasó nuevamente a la ofensiva
haciéndose con los millonarios recursos de sus instituciones financieras más
importantes, le tocó el turno a los institutos de previsión social como el
IMPREMA, INJUPEM y el IMPREUNAH. Como es de esperar, con el camino despejado el
régimen no se quedaría hasta ahí, luego de saquear al menos 7 mil millones de
Lempiras del IHSS con los que el Partido Nacional financió su campaña
electoral, continuó con la intervención y privatización del seguro social
dejando a la deriva la salud de miles de trabajadores, trabajadoras y
pensionados.
La lucha de los
trabajadores contra las medidas del gobierno
La clase trabajadora hondureña se las ha ingeniado para
resistir los embates del gobierno. En esas duras condiciones ha dado la pelea
como lo hicieron los obreros agrícolas de las fincas bananeras, que se fueron a
la huelga exigiendo una mejor atención médica. Los trabajadores industriales también
hicieron lo suyo en ZIP Búfalo y contra los despidos ilegales de la maquiladora
Delta en Choloma y han sido parte de la lucha insurreccional contra el fraude y
la reelección al sumare a las tomas de carreteras y puentes. Así lo hicieron
también los profesores que se movilizaron exigiendo una plaza docente y el CMH
–Colegio Médico de Honduras- que se ha puesto a la vanguardia de la defensa de
la salud pública, agrupando con mucho trabajo y paciencia a una plataforma
sindical y popular que ha hecho frente a la Ley Marco de Seguridad Social. Los
médicos han sido la piedra en el zapato de JOH, han cuestionado severamente su
política de privatizar la salud y junto con las enfermeras y médicos internos
han parado labores en sus centros de trabajo a nivel nacional y movilizado a
sus bases y la de otros sectores sindicales.
Por todo lo anterior, es correcta la afirmación que
hacemos arriba: ¡Juan Orlando debe de pagar! ¡Los trabajadores deben ajustar
cuentas con JOH! Pero eso solo es posible creando nuevos organismos de la clase
obrera que vayan en ruptura con las viejas centrales que los traicionaron una y
otra vez, es urgente una nueva central de trabajadores que sea independiente y
democrática, que organice la lucha desde abajo. Para conseguirlo hay que sacar
a JOH del poder, hay que organizar comités de huelga en cada centro de trabajo
para ir preparando una huelga política que exija la caída de JOH y el fin de
sus leyes y programas anti-obreros. La clase obrera debe sumarse al Paro
Nacional Insurreccional, parar las fábricas, las principales carreteras y organizarse
para enfrentar la represión gubernamental con auto defensas en cada centro de
trabajo y distrito industrial.
Partido Socialista de los Trabajadores