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He aquí los frutos negros de la violencia contra la mujer |
Por
Kely Estefanía Núñez
La
decadencia de la economía imperialista mantiene a países como el nuestro en un
constante aumento de miseria y pobreza
que se reflejan en las condiciones deplorables de vida, que llegan a
rasgos sumamente humillantes dentro de la población. Con este ataque
sistemático a la clase trabajadora, el capitalismo ofrece como única salida la
barbarie, donde hombres, mujeres y niños pero sobre todo, estos últimos sectores,
en la mayoría de los casos, se enfrentan a un destino con desenlaces fatales y
así lo muestran las últimas estadísticas.
Ya
desde años anteriores se observaba un ascenso de los asesinatos de mujeres en
el país, solo en los últimos seis años se ha registrado la muerte violenta de
más de dos mil quinientas mujeres; del 2010 al 2012 se registra un incremento
del 35% con respecto a los años anteriores, siendo Tegucigalpa y San Pedro Sula
las dos principales ciudades en índices de estos crímenes.
El Centro de Derechos de Mujeres (CDM)
registró para los primeros dos meses de este año (2014) 69 mujeres víctimas de
violencia, razón por la cual el pasado 28 de abril diferentes sectores de las
organizaciones feministas de Honduras realizaron una protesta frente a casa
presidencial, las imágenes de la protesta eran sumamente fuertes e impactaron
al conjunto de la sociedad. Las manifestantes colocaron bolsas de basura que
simulaban tener el cuerpo de una mujer dentro, otras cargaban ataúdes, todos
puestos frente a casa presidencial. La manifestación no sólo se realizó en
memoria de las miles de mujeres asesinadas, también exigieron se esclarezcan
los casos ya que el 90% se queda en la impunidad.
También son parte de la violencia la juventud
y la niñez; en la pasada celebración del día de las madres un grupo de mujeres
decidió honrar a las madres que han perdido un hijo o hija producto de la
criminalidad que azota el país. Estás mujeres se colocaron también frente a
casa presidencial con pancartas de repudio ante los asesinatos.
El machismo y la impunidad van de la mano
En el
mundo el 38% de los asesinatos de mujeres, son casos de violencia machista
perpetrados en su mayoría por parejas o exparejas. Honduras en años anteriores
ha encabezado la lista entre los países machistas de Latinoamérica. La familia
patriarcal es una de las principales protagonistas en este mundo de violencia
contra la mujer. Cuántas noticias en los últimos años no dicen “herida a
machetazos por su pareja”, “violada y luego asesinada” “la mataron por celos”,
“la mataron por ser mujer” al final esta es la realidad que viven las mujeres
hondureñas victimas del machismo, el patriarcado, de la barbarie capitalista
que las oprime y sobre explota. Este sistema ve a las mujeres como mercancía a
merced de las ganancias del capital. Y mientras la impunidad prevalezca, pese a
la existencia de las leyes, crecerá la ola de asesinatos que tienen como
realidad nuestros países.
¡Unámonos contra los femicidios, por el juicio y castigo de los responsables!
Sólo
hay una manera de hacerle frente a esta realidad y es exigir el castigo a los
culpables; sin asesinos sueltos, no hay mujeres víctimas de la violencia
sexual, doméstica y otras formas de violencia que viven en conjunto los
sectores oprimidos y explotados. Las organizaciones feministas llevan años
protestando, pero se han quedado solas y a la deriva. Todas las protestas
contra las desigualdades sociales de la mujer han terminado en peroratas
parlamentarias. El movimiento popular no
acompaña debidamente las luchas de las mujeres y no coloca
como parte fundamental de su programa las banderas contra la opresión y
explotación de las mujeres pobres.
La
pasada movilización nacional de los territorios “Por la dignidad, la soberanía
y la libertad de Chabelo Morales” donde estuvo presente el PST, llevó dentro de
sus demandas la lucha contra los feminicidios y el castigo para los culpables,
este ejemplo de nuestros indígenas y el campesinado debe ser retomado por las
demás organizaciones. El PST propone la realización de un Paro Cívico Nacional organizado
desde las bases que levante un plan de lucha que incluya las demandas de las
mujeres, contra los femicidios, contra la desigualdad laboral, contra la discriminación
a mujeres embarazadas por ampliar la licencia de maternidad, por la
legalización de las PAE y el aborto seguro y gratuito, socialización del
trabajo doméstico, por guarderías gratuitas en los centros de trabajo y estudio
entre otras.
Por
último señalar que el capitalismo nunca dará protección a las mujeres, sobre
todo si estas son pobres porque utiliza el machismo como herramienta para
dividir a la clase trabajadora y debilitar sus luchas. Acabar con el
capitalismo implica luchar contra el machismo en todos sus niveles y sobre todo,
al interior de nuestras organizaciones. La plena emancipación de la mujer
requiere de una sociedad socialista sin opresión, ni explotación, donde la
mujer sea tratada con igualdad y solidaridad en todos los ámbitos de su vida.