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Repudiamos la represión contra la bancada de LIBRE y su máximo dirigente, Manuel Zelaya Rosales |
Por Humberto Fuentes
“Yo
no voy a incendiar este país”
Mel
Zelaya
26
de noviembre de 2013, Globo TV, Interpretando la Noticia.
El cierre de esta
edición nos sorprendió con un alzamiento popular en los bajos del Congreso
Nacional. La bancada de LIBRE indignada por que no se les ha dado la palabra
para ejercer su función parlamentaria y más indignada aún porque se les niega
representación en el Tribunal Supremo Electoral, propició lo que la prensa oligárquica
llamó un “zafarrancho” más, cuando en verdad, se trató de un legítimo acto de
protesta parlamentaria.
Todo lo anterior
sucedió mientras los diputados cachurecos y liberales se entretenían
discutiendo sobre el destino del Colibrí Esmeralda. Ahora resulta que esta
oligarquía arrasa bosques anda
preocupada por un colibrí mientras en San Pedro Sula una pandilla descuartiza
niños.
Ante la política de
marginamiento parlamentario y ante la protesta por una medida de seguridad
orientada a registrar a los diputados para que no entren armados al hemiciclo,
la bancada de LIBRE llamó a la movilización en los bajos del Congreso Nacional;
fue tan sorprendente la acción que las bases del FNRP y LIBRE entraron no sólo
al espacio reservado para que el pueblo escuche los debates, también se tomaron
el área de los curules. En realidad, esta fue una toma del Congreso Nacional,
algo histórico en las luchas populares: por un par de horas, el pueblo se tomó
un poder del Estado. La respuesta de Juan Orlando Hernández y Mauricio Oliva,
en complicidad con la bancada del Partido Liberal y la tolerancia de UD y la
DC, no se hizo esperar. La Policía Militar y los Cobras entraron rompiendo
puertas y, bajo la táctica de tierra arrasada, empezaron a “peinar” el
hemiciclo, desalojando a los compañeros y compañeras que allí se encontraban,
arrastrando bajos sus botas a la diputada Claudia Garmendia y lanzando gas
lacrimógeno dentro y fuera del Congreso. Afuera se vivía un clima
insurreccional similar al que se vivió en los días más álgidos de la
resistencia al golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
Para el miércoles 14
de mayo se convocó a un plantón frente al Congreso Nacional donde lo más
destacado fue que Mel Zelaya pidió la renuncia de JOH, presidente de la República
y Mauricio Oliva, presidente del Congreso Nacional; desde el día martes 13 de
mayo, la dirigencia de LIBRE_FNRP también amenazó con tomarse todos los
registros nacionales del país y se alertó a los 20, 000 colectivos de LIBRE
para lanzarse a la lucha. De repente, aquel clima insurreccional que había
ilusionado a mucha gente creyendo que ya estaba participando del levantamiento
popular que tanto ha esperado durante cuatro años, se disipó, desapareció en el momento mismo en
que a Zelaya le dieron la palabra para presentar su proyecto de reforma a la
ley electoral. Nada cambió, todo siguió igual, LIBRE sigue sin representación y
el pueblo trabajador sigue desmovilizado aguantando golpe tras golpe.
En realidad sólo
estábamos frente a un pataleo parlamentario de la bancada de LIBRE. Mel Zelaya
sigue demostrando el enorme control que tiene sobre la resistencia, sigue
siendo el líder indiscutible: convoca cuando le conviene y desconvoca cuando le
conviene. Mientras Zelaya trata con guante blanco al régimen, el régimen lo
trata con toda su cara represiva, prueba de ello es que él y su esposa fueron
agredidos y gaseados por la policía militar, acto que el PST condena una vez
más.
No es posible que
viniendo de un Primero de Mayo tan masivo y contundente, la dirigencia de
LIBRE-FNRP haya desmovilizado nuevamente al pueblo; todo parece diseñado como
una burda utilización de la lucha para presionar en el Congreso por la agenda
parlamentaria de LIBRE, sin que esta
agenda retorne a las calles para potenciar la lucha contra el régimen. No se puede seguir actuando de esta manera;
necesitamos una verdadera resistencia no un simple pataleo parlamentario. Ahora
entendemos con mayor claridad las palabras de Mel Zelaya cuando dijo que no
estaba dispuesto a incendiar este país.