Secretaria de la Mujer
Nuevamente se abre en la sociedad hondureña el debate sobre el uso, distribución y comercialización de las PAE (Pastillas Anticonceptivas de Emergencia), actualmente prohibidas mediante acuerdo ejecutivo del 21 de octubre de 2009. Desde el Partido Socialista de los Trabajadores nos mostramos totalmente a favor de legalizarlas.
Los
principales argumentos de los grupos ultraconservadores y sectores religiosos
fundamentalistas es que las PAE son abortivas y atentan contra el derecho a la
vida que defiende la Constitución de la República. Y es que Honduras es parte de
los 68 países (25,5%) que prohíbe en su totalidad el aborto, cuestión con la
que estamos totalmente en desacuerdo. Estos grupos aprovechan para desinformar y mentir a la
población hondureña sobre este tema (especialmente a los más jóvenes) ante la
falta de una educación sexual científica, laica y sin prejuicio. Expertos en el
tema han demostrado científicamente que
las PAE no son abortivas. La OMS (Organización Mundial de la Salud) estableció
claramente que el principal mecanismo de acción de las PAE es bloquear o
alterar la ovulación tal como los hacen otros anticonceptivos y que su uso
también puede impedir el encuentro entre el espermatozoide y el óvulo.
Lo único que se ha logrado con la
penalización de las PAE es el aumento en el número de embarazos no deseados en el país, sobre todo en las
adolescentes. Las estadísticas son alarmantes: Honduras pasó de ocupar en el
2012 el cuarto puesto en toda América Latina al segundo puesto en el 2014. El
país mantiene índices altos de adolescentes embarazadas, el 26,1% de mujeres
entre los 20 y 24 años de edad registran haber dado luz mientras eran menores
de edad. El dato aumentaría de tomar en cuenta a las adolescentes menores de 15
años de edad y el 50% de estos embarazos
son producto de una violación.
La defensa de la vida es la lucha por la
legalización de las PAE y el aborto legal, seguro y gratuito.
Según la
UNICEF, Honduras presenta una de las tasas de mortalidad materna más altas en
América Latina y el Caribe. De todas estas muertes maternas, el 11% corresponde
a adolescentes. Con la legalización de las PAE las mujeres podrían evitar
embarazos no deseados, que en muchos de los casos representan la muerte de la
madre debido a la combinación de las pésimas condiciones del sistema sanitario
nacional y a los pocos cuidados a los que la madre puede acceder por culpa de
la extrema pobreza en la que nos hunde el capitalismo.
Por otra
parte la realidad nos dice que la penalización del aborto no reduce el número
de mujeres que abortan, al contrario, el número de mujeres que se practican
abortos en condiciones riesgosas, insalubres y clandestinas aumenta cada año.
En América Latina el número de abortos en condiciones de riesgo es de 4.000.000.
De todos esos abortos clandestinos el número de mujeres que mueren es de 5.000.
En Honduras la interrupción del embarazo constituye la segunda causa de
hospitalización de ginecología, según datos del Hospital Escuela. Por lo que la
defensa de la vida promovida por sectores como Pro-vida se vuelve una cuestión
de doble moral al no decir nada sobre las miles de mujeres que arriesgan su
vida ya sea bien por embarazos prematuros o practicarse abortos en condiciones
clandestinas.
Estar a
favor del aborto no significa promoverlo sino proteger la salud y la vida de
las mujeres que toman la decisión de abortar. Con el aborto legal, seguro y
gratuito se evitaría sobre todo la muerte de muchas mujeres pobres que no
tienen los recursos para irse a practicar abortos en mejores condiciones al
extranjero como sí lo hacen las mujeres burguesas.
Por lo que penalizar las PAE, al
igual que penalizar el aborto, es penalizar la facultad de las mujeres a decidir
sobre sus cuerpos, poner en riesgo sus vida y violentar el derecho de la mujer
a elegir el momento de su maternidad, si la ejerce o no, más cuando es producto de una
violación. Y así como luchamos
por el derecho al aborto legal y gratuito para aquella mujer que lo decida,
defendemos también el derecho a guarderías gratuitas en los centros de trabajo
y estudio, el no despido de trabajadoras embarazadas, ampliar la licencia de
maternidad y mejores condiciones de trabajo para las mujeres que decidan ser
madres y una educación sexual científica, laica, sin tabús y con acceso para todas y todos.
Hoy la lucha por la legalización de las PAE
significa un avance importantísimo en materia de derechos de la mujer
trabajadora, por lo que llamamos al movimiento popular, organizaciones feministas,
a unir fuerzas luchando en las calles por la legalización de las PAE y su
acceso de manera gratuita en los centros de salud, con la información adecuado
sobre la misma y el juicio y castigo para los violadores de niñas y mujeres. A
si mismo llamamos a la bancada del partido Libre a no hacer solo una lucha
parlamentaria sino más bien que se sumen a la iniciática de una movilización a
favor de las PAE. No basta únicamente
concentrar fuerzas en el Congreso Nacional, más cuando no podemos confiar ni un
centímetro en que los mismos nacionalistas que las penalizaron en 2009 sean los que hoy las legalicen de nuevo.