La
reciente elección del nuevo Comisionado de Derechos Humanos deja
varias lecciones al Pueblo hondureño.
Muchas
personas y organizaciones de la “sociedad civil”, confiaron
ingenuamente en que los diputados títeres que Juan Orlando tiene en
el Congreso Nacional seguirían un proceso “democrático y
transparente” en la elección del nuevo CONADEH, o al menos
cuidarían las apariencias siguiendo sus propias reglas, aprovechando
la mayoría mecánica que hacen cachurecos y liberales en el poder
legislativo.
La
práctica demostró que dicho proceso solo
fue una farsa
que encubría sus verdaderas intenciones y que los dipu-titeres de
JOH ni siquiera ocultan su desprecio por la opinión del pueblo
hondureño.
Algunos
indicadores presagiaban ese resultado:
- las organizaciones defensoras de derechos humanos, obreras y populares fueron excluidas del proceso de selección y solo participaron partidos políticos, en su mayoría pro gubernamentales;
- Las preguntas y la conducta de la comisión especial durante las “audiencias” claramente tendían a favorecer a los candidatos y candidatas conservadores y golpistas;
- fueron excluidos de la terna (“lista corta”) enviada al Congreso varias candidatas y candidatos que tuvieron los mejores desempeños en las audiencias, e incluyeron a candidatas(os) que pese a haber tenido baja calificación, fueron incluidos por gobiernistas.
El
resultado fue la imposición de un golpista declarado, sin mayor
experiencia, formación ni interés en el área de derechos humanos,
pero con la “virtud” de ser servil del Partido Nacional, con lo
cual la población hondureña prácticamente seguirá indefensa
frente a los abusos y represión gubernamentales. Eso significa que
no podemos confiar para nada en los diálogos, procesos
“transparentes” o procesos de negociación que emprenda este
gobierno.
JOH cierra su círculo de poder
Con
esta selección el gobernante cierra el círculo de instituciones
sometidas a su voluntad, respaldada por la alianza cachureca-liberal,
vale decir, la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Publico, el
Tribunal Superior de Cuentas, el Tribunal Supremo Electoral, el
Consejo de la Judicatura, la Procuraduría General de la Republica,
la cúpula de las Fuerzas Armadas y ahora con broche de oro cierra
con el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos.
De
esta forma, el régimen concentra más poder que ningún otro
gobierno lo ha hecho en la historia reciente de Honduras, lo cual
constituye una amenaza para las libertades democráticas que aún nos
quedan en el país.
AL PAC resulto ser una estafa
En
esta oportunidad el Partido Anti Corrupción evidencio de que esta
hecho. Aunque muchas personas que dieron su voto por este partido no
esperaban que en tales circunstancias votara junto al Partido
Nacional y el Liberal en un asunto de tanta trascendencia, solo dos
de los 17 diputados de ese novel partido no se plegaron a la
aplanadora cachureca-liberal (uno por abstenerse y otro por estar
ausente de la sesión). De esta forma, el PAC demuestra que es otro
partido burgués similar a los tradicionales, una estafa para quienes
votaron por él, por lo que llamamos a sus bases a romper con este
antes de que sean víctimas de otra decepción similar.
LIBRE se conforma con el derecho al pataleo
El
balance no puede ser completo sin caracterizar el rol de LIBRE. Esta
organización participo de principio a fin en el proceso, pero fue
evidente que a su interior se dieron contradicciones entre un sector
que avalo reglas inaceptables de las Audiencias, como no hacer
preguntas sobre el papel de los candidatos y candidatas en el golpe
de Estado de 2009, mientras que otro sector no las aceptaba. Esas
discrepancias llegaron al punto de casi liarse a puñetazos en el
recinto legislativo. Sin embargo, lo importante aquí es que, como
partido, su dirigencia no denuncio el proceso ni llamo a romper con
este, como lo hizo valientemente el Dr. Juan Almendarez Bonilla. Su
silencio cómplice se complementó el día de la elección del
Comisionado con el abandono de la sesión del Congreso en pleno
debate por parte de su coordinador nacional, Manuel Zelaya Rosales,
cuando era injustificable que lo hiciera.
Al
final, como ya acostumbra hacerlo, LIBRE ejerció el derecho al
pataleo sin que pasara a más, porque es sabido que dicho partido y
el FNRP que dirige, teniendo la capacidad de movilizar a miles de sus
bases, mantienen una política de desmovilización permanente del
movimiento popular, permitiendo a JOH hacer lo que quiera, sirviendo
sus tímidas protestas en el Congreso en la práctica como aval de lo
que ahí se aprueba.
Necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente
La
ruptura de toda formalidad democrática en el país, la imposición
del poder concentrado en JOH y el papel de comparsas que juegan los
partidos de centro-derecha como el PAC y de centro-izquierda como
LIBRE, vuelven necesario que el Pueblo hondureño exija la
convocatoria de una Asamblea
Nacional Constituyente originaria,
que construya un Estado obrero y popular en el que la democracia sea
real y no una ficción como ocurre en la actualidad.