Comité Central del Partido Socialista de los Trabajadores

Contexto de la asamblea
La
asamblea en mención se ubica en un momento crítico en la historia
nacional, precisamente en el cierre de un periodo y a las puertas de
otro que esta por abrirse.
Un
primer periodo de luchas populares comenzó con el Golpe de Estado de
2009 hasta mayo de 2011, caracterizado por un proceso de
movilizaciones populares contra los sucesivos regímenes
dictatoriales de Micheletti y Porfirio Lobo Sosa, bajo la consigna de
echar abajo la dictadura y promover la convocatoria de una Asamblea
Constituyente.
Posteriormente,
el Acuerdo de Cartagena suscrito en mayo de 2011 por el Coordinador
del FNRP, Manuel Zelaya, junto al gobernante Lobo Sosa, abrió un
nuevo periodo caracterizado por el giro de la cúpula de la
Resistencia hacia el proceso electoral de noviembre 2013, al cual
apostó ciegamente, vendiéndole la idea a sus bases que para
triunfar en las urnas era necesario abandonar cualquier otra forma de
lucha.
La
lucha de calle fue sustituida por los mítines electorales y la
represión brutal fue respondida con la consigna “los vengaremos en
las urnas”; se le hizo creer al pueblo en Resistencia que el
triunfo era seguro, que no nos preocupáramos por los golpes que el
gobierno nos daba y que ni un fraude electoral nos detendría.
Ese
discurso triunfalista tropezó en la realidad con la imposición
fraudulenta de Juan Orlando Hernández, en las elecciones generales
de 2013. Pero el costo de haber abandonado la lucha a lo largo de
tres años fue enorme: en ese periodo el gobierno derribó conquistas
económicas y sociales
que
el pueblo había logrado en los últimos 50 años y le permitió la
entrega del país a las transnacionales. Lo peor de todo es que la
cúpula del Partido LIBRE y del FNRP no fueron capaces de defender el
triunfo en las urnas, sino que se llamaron a silencio y a la
desmovilización, permitiendo que el régimen juanorlandista
consolidara su imposición fraudulenta y que haya adelantado, aun
antes de tomar posesión, una batería de decretos legislativos
contra la población, uno de los cuales es el paquetazo.
En
ese sentido, estamos en un punto en que es necesario cobrar cuentas a
la dirigencia del FNRP, necesitamos que expliquen por qué
permitieron todo eso, hasta ahora han sido incapaces de dar una
respuesta coherente y es por ello que el PST plantea la necesidad de
construir de forma democrática una nueva conducción de la
Resistencia con la activa participación de las bases. Muchos
dirigentes de base del Frente lo sintieron así a nivel nacional y el
momento privilegiado para hacer esa revisión y relanzar la lucha
popular contra el régimen de JOH era precisamente la Asamblea del
FNRP del 18 de enero recién pasado. Pero ¿Qué sucedió en esa
Asamblea?
Una “asamblea” amañada
Las
“asambleas” del FNRP tradicionalmente se han caracterizado por un
manejo antidemocrático y sectario, que burla la voluntad de las
bases; la del 18 de enero no fue la excepción. La manipulación
inició desde la asignación de credenciales. La Comisión de
Comunicaciones, como es su costumbre,
controló
la asignación de credenciales centralizándolas y manipulándolas de
tal forma que quedara garantizada una mayoría de municipios,
departamentos y organizaciones afines a sus lineamientos para tener
una mayoría mecánica aplastante con la cual imponerse a la
oposición. Por otro lado, teniendo el control de la emisión de
credenciales, la cúpula del FNRP creó una serie de grupos fantasmas
para “inflar” la “asamblea” con delegados afines a sus
posiciones, que tenían la misión de funcionar como una barra
“mancha brava” para impedir que se escuchara a quienes disentían
de las posiciones oficiales y garantizar la aprobación de sus
propuestas.
La
agenda fue publicada pocos días antes de la “asamblea” y las
credenciales fueron entregadas el mismo día del evento, no antes
como se hizo en anteriores.
La
agenda discutida fue la siguiente:
1.
Conocer y ratificar el permiso del coordinador Manuel Zelaya Rosales
como coordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular.
2.
Análisis estructural y coyuntural de la situación del país. y
posicionamiento del FNRP.
3.
Posicionamiento del FNRP ante el fraude electoral y no reconocimiento
de JOH. y movilización
4.
Lineamientos de evaluación del FNRP en todos los niveles.
5.
Revitalizar la lucha social y elaborar un plan estratégico de lucha.
6.
Lineamientos para la elaboración de la normativa interna reglamento
del FNRP
7.
Relación con FNRP- Libre
8.
Convocatoria a la asamblea intermedia
Una
vez iniciada la reunión, la principal característica fue que se
impuso la mayoría mecánica oficialista en todos los puntos de la
agenda. Los puntos fueron desarrollados a “matacaballo”, dando
poca oportunidad para que se presentaran puntos discordantes a las
propuestas oficiales, especialmente en el punto más caliente de
todos: el de la reestructuración de la cúpula del FNRP.
En
este punto, el Coordinador General del FNRP informó que había
decidido retirarse del FNRP para hacerse cargo del Partido LIBRE,
pero que dejaba el cargo a una dirección colectiva dirigida por Juan
Barahona, el actual Sub coordinador del Frente. Esto fue aprobado sin
someter a discusión el punto. Luego, el dirigente Carlos H Reyes
leyó una moción en la que se proponía que en lugar del cargo de
Coordinador General, se nombrara un Comité Ejecutivo de 11 miembros
elegidos en las regiones, el cual dirigiría provisionalmente el
Frente mientras se conforma una nueva Coordinación Nacional en una
próxima “asamblea nacional”.
Ese
Comité Ejecutivo provisional sería elegido de entre los 40 miembros
de la actual Coordinación Nacional.
Esta
propuesta fue objetada por una contra moción presentada por nuestro
partido, el PST, pues propusimos que estábamos de acuerdo con la
dirección colectiva pero que fuera integrada por dirigentes que no
sean miembros de la actual Coordinación Nacional, porque no nos
merecen ninguna confianza para dirigir el proceso de cambio, ya que
pueden manipularlo, y porque han demostrado que no tienen interés en
movilizar al pueblo para la lucha. La reacción dela “barra”
oficialista fue hacer el ruido suficiente para que la contra
propuesta del PST no se escuchara, sin que la mesa interviniera para
poner orden. La contra moción fue ignorada y se aprobó la moción
presentada por el oficialismo, con el agravante de que se
reestableció en una modificación posterior el cargo de Coordinador
y Sub Coordinador General, quedando prácticamente en lo mismo que
antes.
Después
de aprobada la moción mencionada, se continuó discutiendo el punto,
pero la “barra” interrumpía cada vez que escuchaba un punto de
vista disidente. La mayoría de las intervenciones posteriores en ese
punto fueron muy críticas pero de poco sirvieron ya que lo
fundamental ya había sido aprobado. Los subsiguientes temas de la
agenda se desarrollaron con más tranquilidad, ya que estaba
asegura-do el tema de mayor interés para la cúpula oficialista, que
era asegurar su continuidad en los cargos directivos. En los
subsiguientes tópicos de la agenda, la dinámica se repitió: el
oficialismo llevaba informes y propuestas que tuvieron poco tiempo de
discusión; por ejemplo, los puntos 3,4 Y 5fueron fusionados en un
solo punto, limitando las posibilidades de presentar puntos de vista
divergentes. De hecho la conducta de la barra intimidó a otros
participantes que no pudieron exponer opiniones divergentes. Eso
empobreció los de-bates que se tornaron aburridos y desestimulantes.
Llama
la atención que se aprobaron dos resoluciones contradictorias, por
un lado,en el tema electoral se aprobó una moción de la mesa
directiva para desconocer la legitimidad del futuro régimen de Juan
Orlando Hernández por ser producto de un fraude electoral; pero en
otro punto de la agenda, se aprobó una moción para hacer una gran
manifestación nacional el día de la toma de posesión de JOH (27 de
enero), no para hacer protestas, sino (Léase bien) para acompañar a
los 37 diputados y diputa-das electos de LIBRE hacia el acto de toma
de posesión de JOH en el Estadio Nacional,es decir, para sumarse a
la sesión del Congreso que le impondrá la banda presidencial al
mismo gobernante que en la anterior resolución decidieron desconocer
su legitimidad.
Cabe
señalar que en este punto de la agenda, la delegada de nuestro
partido propuso que la jornada del 27 fuera hecha con un Paro Cívico
Nacional ejecutado en todo el país y no una manifestación que no
tiene ningún impacto, sin que se le diera el trámite respectivo a
esta moción; por otro lado, se le negó la palabra a otro joven de
nuestro partido, que pretendía cuestionar la contradicción de
desconocer al gobierno y luego avalar con su presencia la toma de
posesión del mismo.
En
conclusión, la cúpula del FNRP desarrolló una “asamblea” de
trámite para asegurar su perpetuación como dirigentes de esta
organización y aprobar resoluciones demagógicas con las cuales se
integraran al régimen político desde el Congreso. No se aprobó
ninguna resolución de lucha popular, ni siquiera una condena al
paquetazo económico. Por lo anterior, es clara la necesidad del
cambio de la conducción oficialista por una conducción
revolucionaria en el FNRP, pues de lo contrario solo nos quedará un
largo camino de derrotas por cuatro años más.