Por Andrés Militante
Tiene
ganas de decir algo y no se lo permiten, no se preocupe: vaya a la esprayería
más cercana y armase de dos buenos spray, uno negro y otro rojo, el contraste
es bueno; podría combinar el rojo con un amarillito y no esta mal. Bátalos bien y disparé sin miedo, deje que las
palabras fluyan: “- armas + educación”, “Con las mujeres en casa la revolución
se atrasa”, “Ese pendeJOH no es mi presidente”, “abajo el paquetazo”, “Turcos
regresen al desierto a limpiarse el culo con arena”, en fin, diga usted lo que
su conciencia le dicte. En muros o paredes frescas, recién pintadas, la pinta
queda mejor; vuelva a batir el bote y la palabra se esparcirá por los aires,
libre y alegre, ella buscará tatuarse en una pared y allí quedará usted con su
historia pública.
Esperamos
que su palabra no sea víctima de las cuadrillas cachurecas que andan borrando
pintas, pero aunque le parezca increíble, LIBRE, para no quedarse atrás, para
estar a la “altura de las circunstancias” ya tiene su propia cuadrilla “borra
manchas”, la dirige un tal “Tito detergente” un chico de papi y mami que se
avergüenza de que la resistencia haga hablar las paredes.
Pero
usted no se detenga, rete a la realidad a un duelo de palabras y desenfunde sin
piedad su spray, mate la censura, sepúltela con palabras. Sepa usted que en los
años ochenta muchos compañeros y compañeras se jugaban la vida en una pinta,
sepa usted que a mí me tocó alfabetizar políticamente a un estudiante que no
entendía el conflicto centroamericano de aquella época y el chavalo leyó una
pinta que decía “Centroamérica una región que vence al imperialismo”, con esa
pinta lo formé, le expliqué la historia de Centroamérica y sus principales
conflictos; luego el mismo compa leyó otra consigna que estaba estampada en el
viejo edificio del Ministerio del Trabajo, la pinta decía “En la montaña
enterraremos el corazón del enemigo” y viera ¡qué bien! me explicó el jodidito
esa consigna. Le cuento todo esto para que sepan los detergenteros de oficio,
de derecha y de “izquierda”, que cuando detergentean una pinta, nos están
quitando el derecho al conocimiento: mientras la prensa burguesa escribe miles
y miles de mentiras todos los días, nosotros tenemos apenas una pared y un
spray para contar nuestra verdad. Pero bueno, que un detergentero de derecha
haga esto, pues hasta cierto punto se entiende, pero que un detergentero de “izquierda”
haga lo mismo, dan ganas de pintarle el lomo y ponerlo al sol todos los días
con una consigna que diga “prohibido prohibir la esperanza”.
Los
detergenteros de LIBRE cayeron en la burda TRANSpa de las voces oligárquicas
que pusieron el grito al cielo porque la magistral obra de la Capital había
sido manchada por los “vagos de la resistencia”; los detergenteros de
“izquierda”, con el afán de quedar bien y de limpiar el rostro de la
resistencia, corrieron a limpiar las paredes; qué inocentones los compas, no se
dan cuenta que aunque hubieran borrado esas pintas con detergente de oro
líquido, igual nos hubieran criticado porque para ellos siempre seremos
vagos, no soportan que el pueblo se haga
poder. Sabe que dijeron cuando las pintas fueron borradas, dijeron: “vaya para
algo sirvieron esos vagos”. Si a “Tito detergente” y su cuadrilla “borra
manchas” no les da pena, a mí sí y no sé si a usted pero el acto de borrar esas
pintas fue más ridículo que el mismo arrastre de quedar bien.
Díganme
si alguna vez los asesinos de nuestros mártires intentaron borrar con la verdad
la sangre de nuestros compañeros y compañeros caídos en los años ochenta o
durante la coyuntura del golpe de Estado de junio de 2009. Jamás lo hicieron ni
lo harán, entonces no entiendo por qué, ustedes detergenteros de la resistencia,
se asustan por una pinta en una pared !que bárbaros!
Afortunadamente
no todos somos como ustedes, en la resistencia hay gente que tomará sus sprays
e irán por allí de muro en muro, disparándole a la mentira con verdades entre
pecho y pared. Los cachodetergenteros y los libredetergenteros no podrán nunca
contra la palabra porque nadie ha podido contra la palabra.