El miércoles 11 de marzo la
Secretaría de Salud informó finalmente que el Coronavirus arribó al país. Ese
día se confirmaban los primeros dos casos; el día siguiente en cadena nacional
JOH informaba sobre el tercero de los mismos, los cuales al día que publicamos
este texto ascienden a 8, incluida una bebé de solo 8 meses de edad.
Como era de esperarse ante la
negligencia del régimen, Honduras se sumó al resto de países de la región que
ya tienen casos confirmados como Costa Rica, Panamá, Guatemala y México. Hasta
la fecha se reportan más de 181,500 casos positivos alrededor del mundo de los
cuales el 3.9% ha fallecido, es decir, más de 7,000 personas. Ante esta
situación, desde el Partido Socialista de los Trabajadores exigimos al régimen
el suministro inmediato de todo el equipo y personal necesarios para encarar la
pandemia y reforzar el sistema de salud a nivel nacional. Además, exigimos una protección
real para todos los trabajadores y sus familias, quienes son los más vulnerables
a contraer la enfermedad, para esto necesitamos se decrete una cuarentena
nacional que se extienda durante los próximos 21 días, para garantizar la
reducción de la curva de contagio y poder así salvar la mayor cantidad de
vidas.
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Primer conferencia de prensa de la Secretaría de Salud, dando a conocer los primeros dos casos en Honduras. Fuente: Prensa Gráfica. |
El coronavirus, una epidemia más del capitalismo
El virus ha tenido un crecimiento
exponencial acelerado durante las últimas semanas, llegando y esparciéndose por
toda Latinoamérica en unos pocos días. Este crecimiento en los casos se debe a
que el virus no necesita un intermediario (como el dengue que usa al mosquito)
para transmitirse, sino que se transmite como resultado de la interacción entre
humanos. Sabiendo esto desde que se aisló al virus en China, se sabe además el
método para su control: la cuarentena y el aislamiento entre personas, esto
como medida de prevención hasta desarrollar una vacuna contra la misma.
Evidentemente el procedimiento
necesario para evitar su propagación mundial nunca se siguió porque al
capitalismo nunca le ha interesado la integridad y la salud de los
trabajadores, al contrario, en el marco de esta pandemia mundial pudimos
observar la verdadera cara del capitalismo y sus gobiernos alrededor del mundo:
una que está más interesada en las ganancias del gran capital que en
salvaguardar la vida de los trabajadores. Los gobiernos y los patrones están
dispuestos a “arriesgar” la vida de cualquier trabajador para que la producción
no se pare y el dinero siga entrando a sus bolsillos. Por eso es que se cuentan
por cientos de miles los casos en donde las empresas inescrupulosas obligaron a
los trabajadores a seguirse presentando a los centros de trabajo en medio de la
alerta roja, aumentando así, los casos positivos de contagios y por tanto las
muertes de los trabajadores y sus familias.
Ante la intervención de los
organismos científicos y sanitarios internacionales, y la confirmación de
pandemia mundial por parte de los mismos, los gobiernos no han tenido otra
opción más que declarar emergencia ante la obviedad de la situación y declarar
cuarentena nacional. Estas medidas que claramente llegan demasiado tarde, han
generado un descontento generalizado en las poblaciones porque terminan de
evidenciar la negligencia de los gobiernos, además de destapar las deficiencias
de los sistemas de salud públicos, incluso la de países avanzados, los cuales
se han visto colapsados por el gran número de casos. Italia, que cuenta con un
registro de 7.7% de mortalidad, determinó dejar a las personas de la tercera
edad (las más vulnerables) sin atención para enfocar sus recursos en las
personas que ‘se pueden salvar’. Si esto pasa en los países avanzados, no
queremos ni imaginarnos lo que pasará en los países del ‘tercer mundo’, como
Honduras, de seguirse presentando la tendencia.
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Varios viajeros sospechosos de estar contagiados del virus son transferidos a un hospital en Jiquilisco, El Salvador. Fuente: elperiodico.com.gt |
Honduras: la narcodictadura el peor virus del país
Como no podría ser de otra forma,
en Honduras la narcodictudura está tomando ventaja de la pandemia mundial para
seguir posando sus tentáculos sobre los recursos del Estado. Todo comenzó el pasado
19 de febrero cuando se reportó la primera sospecha de Coronavirus en el país:
una hondureña que había estado de viaje en Taiwán. Pese a demostrarse
rápidamente ser una falsa alarma y tratarse solo de una fiebre, el Congreso
Nacional tomó ventaja del hecho y aprobó un recorte de 100 millones de lempiras
al presupuesto de salud, que luego fueron reasignados a la Secretaría de
Seguridad, para usarse en la preparación del sistema sanitario ante la
inminente llegada del virus, cosa que como veremos más adelante, jamás sucedió.
Veintiún días luego de ese primer
desembolso, el 11 de marzo, se confirmaron los primeros dos casos de
Coronavirus en el país. Y en el mismo momento que el gobierno anunciaba al
tercer infectado, el Congreso Nacional se reunía, en esta ocasión, para aprobar
la ‘Ley Especial de Aceleración Económica y Protección Social Frente a los
Efectos del Coronavirus’ que contempla el desembolso de 420 millones de dólares
(10,300 millones de lempiras) que serán manejados directamente por el Poder
Ejecutivo, es decir, JOH y su círculo cercano. La cereza del pastel fueron los
24 millones de lempiras que el BCIE destinó para el régimen de JOH por declarar
estado de emergencia (cosa que JOH hizo solo horas después que el BCIE anunció
que desembolsaría ese dinero a todos los gobiernos que se declararan en
emergencia).
Estamos hablando de cantidades de
dinero que son exorbitantes para un país en el que su población permanece en
estado de calamidad perpetua. Mientras JOH y sus secuaces hablan que esos
dineros se usarán inmediatamente para enfrentar la crisis del coronavirus y la
construcción de 94 hospitales en el plazo de un año, el entero de la población
sabe que eso no será así. El régimen cachureco se ha mostrado incapaz de
construir un tan solo hospital en los más de 10 años que tienen en el poder,
peor para creerles que construirán casi 100 en menos de un año.
Y es que los cachurecos no sólo
han demostrado ser ineficientes en el manejo del sistema sanitario, es que estos
se han erigido como los principales enemigos del sistema de salud del pueblo
hondureño. JOH y sus secuaces desfalcaron el Instituto Hondureño de Seguridad
Social, robándole a sus arcas más de 7,500 millones de lempiras, que resultaron
en la muerte directa de más de 3,300 compatriotas que fallecieron en los
pasillos de los hospitales esperando una atención médica que era imposible
brindar por la precariedad de los mismos. Más recientemente el Colegio de
Médicos de Honduras, en la figura de la doctora Suyapa Figueroa, dio a conocer que
el 49% del presupuesto destinado al sistema de salud termina siendo robado por
el mismo gobierno. Es decir, por cada 100 lempiras que se destinan al sistema
de salud, 50 de estos lempiras terminan en el bolsillo de algún activista del Partido
Nacional.
Incluso los cachurecos más
abnegados que en la actual situación quisieran, aunque sea, darle el beneficio
duda al gobierno, tienen el impedimento que la realidad no les permite ni
siquiera hacer eso. Es claro que con los fondos que se acaba de adjudicar la
presidencia de la República, JOH no está haciendo, y ni siquiera está pensando
en hacer, algo significativo para salvaguardar la salud y la vida del pueblo
hondureño.
Muestra de ello es que, desde
antes de presentarse los primeros casos positivos, decenas de médicos y
enfermeras denunciaba la falta de insumos en todos los hospitales, y declaraban
no estar ni siquiera medio preparados para afrontar la crisis. Ya con la
epidemia instalada en el país, los médicos en servicio social anunciaron su
retiro de los hospitales pues no contaban con los materiales para enfrentar la
enfermedad, y denunciaron que ni siquiera tenían mascarillas para evitar
enfermarse ellos mismos. Esa misma noche la realidad del sistema sanitario quedaba
al descubierto cuando en el programa de entrevistas ‘30/30’, la infectóloga y
ex ministra de salud, la doctora Elsa Palau, informaba en vivo que, entre
hospitales públicos y privados, el país no cuenta ni con 100 respirados
artificiales ni con los técnicos para manejarlos, y que por tanto eso
significaba que ‘si llegaban 230 personas infectadas a nuestros hospitales, ni
modo, 130 de ellas se iban a morir’. Y mientras este caos imperaba en todos los
hospitales del país, el Partido Nacional repartía muy plácidamente entre las
instituciones del estado gel de mano y mascarillas marcadas con la bandera de
su partido.
Sabiendo lo desmantelado que está
el sistema salud a nivel nacional y conociendo el modus operandi del narco
gobierno de JOH, es posible pensar que Honduras tengan enfrente la mayor crisis
sanitaria de su historia. La Organización Panamericana de la Salud, OPS,
conociendo estos escenarios proyectó que en Honduras existe la posibilidad que
sólo entre Tegucigalpa y el departamento de Cortés se puedan llegar a registrar
entre 7.905 y 12.749 casos positivos. Casos de los cuales el 81% presentaría
casos leves, el 14% casos severos, el 5% casos críticos y el 2.3% podrían
llegar a ser letales, es decir, 182 muertos en el mejor de los escenarios.