Por Daniel Romero
El pasado
14 de diciembre del 2018, el Tribunal de Sentencia II, dio a conocer que los
presos políticos Edwin Espinal, Raúl Eduardo Álvarez, Gustavo Adolfo Cáceres y
Edy Gonzalo Valle, recluidos en cárceles de máxima seguridad, continuarán con
la medida de prisión preventiva hasta que se celebre el juicio oral y público,
el cual se ha venido postergando por el sistema judicial hondureño bajo la
excusa que los ‘expedientes están en revisión’, y será hasta que estos sean
revisados, que se considerará si se libera o no a los compañeros, quienes están
presos por luchar contra el fraude electoral del 2017.
Claramente este retraso en el proceso es malintencionado, y tiene por objetivo mantener a los compañeros tras las rejas por el mayor tiempo posible, para servir así como ‘ejemplo’ de lo que nos pasará si seguimos oponiéndonos a la dictadura impuesta por JOH.
Claramente este retraso en el proceso es malintencionado, y tiene por objetivo mantener a los compañeros tras las rejas por el mayor tiempo posible, para servir así como ‘ejemplo’ de lo que nos pasará si seguimos oponiéndonos a la dictadura impuesta por JOH.
El pasado
19 de enero, se cumplió un año de la captura de Edwin Espinal y de Raúl Eduardo
Álvarez, quienes guardan prisión en la cárcel de máxima seguridad ‘La Tolva’,
en condiciones, cuanto menos, infrahumanas. Y es que los compañeros muestran un
deterioro en su estado de salud física y mental, debido a los malos tratos
recibidos, donde se les niega el agua y hasta el poder salir de su celda al
menos una hora diaria. Un mensaje claro de la dictadura y sus instituciones a
los demás luchadores de que no dudará en encerrar a cualquier persona que haga
o intente hacer oposición real al régimen.
Tarea inmediata del Movimiento Social y
Popular
En épocas
de dictaduras, las reivindicaciones por libertades democráticas deben ser tarea
prioritaria para el movimiento obrero y popular. La exigencia de la pronta
liberación de los compañeros presos, y el sobreseimiento definitivo de quienes lograron
defenderse en libertad, es la consigna central que debemos defender en esta
etapa.
Para
cumplir con esta tarea, urge la mayor unidad entre todas las personalidades y
organizaciones que se reivindiquen democráticas. Esta unidad debe ser aún más
granítica entre las organizaciones que le apostamos a la caída del gobierno por
la vía revolucionaria, por la vía insurreccional. En el PST convencidos estamos
que debemos arreciar la movilización popular y la lucha, exigiendo la libertad
de todos los presos políticos. Que cada
acción de protesta en el país sirva como altoparlante para seguir denunciado la
política represiva de la dictadura de JOH, y para plantear que es urgente que
caiga este gobierno corrupto, represivo, ilegítimo y narcotraficante.
Por eso,
entre las organizaciones populares es necesario empezar a construir un espacio
democrático, que tenga como tarea inmediata la libertad de los presos políticos
y la caída de este régimen, pero que avance mucho más allá. Es necesario que
esta articulación de organizaciones sea revolucionaria, clasista y que por
tanto recoja las demandas históricas de la clase trabajadora y que use el
método de la movilización popular para conquistarlas. Construir un espacio sin
caudillos ni burgueses, es una necesidad objetiva en el país.