![]() |
Pagar la deuda externa es condenar al pueblo a la pobreza y la miseria. La imagen es obra del artista hondureño Obed Banegas. |
Por José Domingo Godoy
El NO pago de la deuda externa no es una consigna nueva, ésta se
remonta a los años ochenta cuando la política de los Organismos Financieros Internacionales
(OFI’s) fue endeudar a los países pobres, para ubicar los petrodólares y
chantajear a los gobiernos de turno introduciendo los planes de ajuste
estructural, es decir, el neoliberalismo. Honduras es uno de esos países.
Desde
1982 nuestra deuda inició una vertiginosa escalada llegando al punto de ser
impagable, no por la cantidad de dinero prestado, sino por el acelerado
crecimiento de los intereses debido al mecanismo con el cual opera el
imperialismo en materia económica, esto se debe precisamente porque el propósito
de la deuda externa no es el de saldarla, sino, la de esclavizarnos a partir de
la imposibilidad de su pago. De hecho, el Estado hondureño pagó tres veces el
monto recibido, pero entre más se pagaba la deuda, más crecía ésta.
Si bien en Honduras la aplicación de
los paquetes neoliberales van como caudal de rio en una pendiente, sobre todo a
partir del golpe de Estado, el imperialismo se quiere asegurar que los
políticos de turno hagan bien el trabajo y sabe que el chantaje de la deuda es
un recurso infalible, máxime cuando se tiene en el timonel del barco a
personajes como Juan Orlando Hernández, quien es capaz de vender el país
entero.
Mitos y realidades sobre los acuerdos con el FMI
Planteado en esos términos, el no
pago de la deuda para el movimiento popular y el pueblo en general representa
una tarea impostergable en defensa de los recursos que nos quedan. Con esto
resolvemos de paso el tema moral, ya que la dignidad del pueblo hondureño no se
determina por horrar una deuda que no pidió ni gozó, sino en defender los
pedazos de país que en la actualidad la burguesía vende al mejor postor.
Muchas personas consideran que
Honduras no puede vivir sin los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional
(FMI), casi de la misma manera como un comerciante del mercado en Comayagüela
no puede trabajar sin el dinero que el usurero le presta, como si fuese un mal
necesario. Incluso piensan que es imposible romper con el FMI; eso es absurdo.
Tanto es así que, en Honduras duran más las negociaciones que los acuerdos: el
último de estos caducó en 2012 y ya desde antes habíamos sido sacados del
programa de las Metas del Milenio y de muchos beneficios de condonación de la
deuda, los cuales por cierto se debieron a la falta de libertad económica. No
sorprende que los más interesados con el acuerdo son los cachurecos que ven el
Acuerdo Stand By, que se firmaría a mediados de noviembre y cuyos desembolsos
pueden abarcar un período de hasta tres años, la única posibilidad de mantener
su oneroso gasto y financiar su próximo fraude, siempre con la venia de la
Embajada norteamericana.
Por otra parte, los Estados miembros
no tienen ninguna obligación para tener Acuerdos. Incluso hay varios casos de
gobiernos que dejaron de cumplir sus “compromisos” con el FMI y eso no los
condenó a la enemistad con el resto del mundo, por el contrario, es el
imperialismo quien busca la “reconciliación” como cualquier prestamista
inteligente, puesto que a lo que más teme es a la enseñanza que eso deja. Sabe
que el sistema financiero depende del buen genio del deudor.
La estrategia del gobierno y la del imperialismo
El plan del gobierno inicia con el
logro del Acuerdo Stand By con el FMI a cualquier costo. Es decir, cumpliendo
todas las órdenes del FMI, los cuales van sin duda alguna contra los sectores
más empobrecidos de la población. Ejemplos de estas órdenes son el incremento
del 10% a la energía eléctrica, impuestos al consumo, la reducción
presupuestaria a los servicios públicos y al financiamiento de la producción de
alimentos en el campo. En fin, estas órdenes representan el desgarrador aumento
del hambre y la miseria. Podemos sintetizar las estímulos del gobierno por
firmar este acuerdo en tres aspectos: primero, porque dicho Acuerdo le permite
el acceso a los fondos suficientes para terminar su período de gobierno;
segundo, porque eso le da confianza a los inversionistas extranjeros y así
COALIANZA tiene a quien entregarle los recursos y territorios; sobre este punto
basta con citar a John Dimitri Negroponte –un personaje que sabe por qué dice
las cosas- miembro y directivo del Consejo de las Américas, quien expresó que
una vez firmado el acuerdo con el FMI se podrían usar fondos del BID; tercero,
el Acuerdo le hace ganar a la voluntad del imperialismo, porque la firma es
ante todo un pacto de lealtad, es como decirles: ¡Ustedes mandan! ¡Hágase aquí
según su palabra!
Ahora, ¿dónde está el problema que
nos ocupa? Ese plan en primer lugar nos condena a un endeudamiento sin
precedentes, o lo que es lo mismo, nos esclaviza porque nos convierte en presa
fácil del chantaje, la usura y el saqueo imperialista. No sólo nos están
endeudando a nosotros, sino también a nuestros hijos y a los hijos de estos. La
segunda parte del problema es que la motivación del gobierno es totalmente
mezquina puesto que quienes vamos a pagar esa deuda ni veremos los billetes;
será por otro lado la oligarquía quien hará piñata con esos fondos, con pastel
incluido, como ha sucedido siempre. Es por esta vía como se enriquecieron los
214 multimillonarios del país que nos tienen en la actualidad muriendo,
ignorantes, desempleados y escapando hacia los Estados Unidos.
Adicionalmente debemos subrayar que,
el imperialismo no está pensando en lo superficial, por supuesto que nos va a
cobrar hasta el último centavo, pero lo que está de fondo es la recolonización del
país, que se expresa en garantizar su control militar en la región -es decir,
es una jugada geopolítica y estratégica- para facilitar la explotación
comercial de todos los recursos, desde los naturales hasta la fuerza de trabajo
por medio de sus transnacionales; la deuda le servirá para afianzar su control
político. Queda claro quién gana y quién pierde en este juego macabro.
¿Qué representa para los trabajadores el pago a la Deuda Pública?
El pago de la deuda pública tiene
una relación directa con los paquetazos, con la reducción del presupuesto, con
el incumplimiento de las responsabilidades constitucionales del Estado en
servicios de primera necesidad como salud, educación y seguridad, pero también
en generación de empleo y evitar el desabastecimiento de alimentos. Por eso al
momento de buscar el principio y fin del problema inevitablemente tenemos que
ir al monto que se destina al “pago del
servicio de la deuda” como se le llama técnicamente.
Veamos un ejemplo concreto: de
acuerdo con el anteproyecto presupuestario para 2015, presentado al Congreso
Nacional y que en palabras de Francisco Rivera, presidente de la comisión de
presupuesto de ese poder del Estado, “ya
lleva la bendición del FMI”, el renglón del pago de la deuda es el más
elevado de todos y asciende a L. 31,508.3 millones, casi la sumatoria del presupuesto
asignado a educación (L. 22,360.9 millones) y salud (L. 12,393.9 millones). Por
cierto, la reducción del presupuesto a estos dos renglones que son los más
importantes para la población, son de 174.8 millones en salud y 708.5 millones
en educación.
Esto quiere decir que, el NO pago representa duplicar la cantidad
de médicos, medicinas, camas y equipo hospitalario. Asimismo, lograríamos mayor
cobertura educativa, más docentes, reparación y construcción de colegios y
escuelas, material didáctico para los niños y niñas. Desde luego que el
gobierno no está pensando en eso, en realidad no le importa dejar que centenas
de personas se mueran en los hospitales y que los niños tengan toda clase de
carencias en los centros educativos.
¿En qué debemos invertir el dinero destinado al pago
de la Deuda?
![]() |
Mientras la deuda sube, los salarios bajan y el hambre aumenta. |
Desde el PST consideramos que un
gobierno que tenga el mínimo compromiso por el bienestar de la clase
trabajadora debería invertir en la producción de granos y demás alimentos para
combatir el hambre y el desempleo en la zona rural; iniciar un ambicioso plan
de construcción de infraestructura productiva y vivienda, ya que solo en
Tegucigalpa casi la mitad (45%) de los habitantes no tienen casa propia, con
ello palearía el desempleo urbano y reactivaría la economía, lo cual vendría a
reducir la delincuencia y la emigración
de niños a Estados Unidos, que según datos del gobierno de esa nación al menos
13 mil menores llegaron sólo entre octubre de 2013 y julio de 2014; el aumento
general de salarios es una necesidad impostergable porque la inflación anuló la
capacidad adquisitiva lograda con los pírricos aumentos, además con el terrible
desempleo que impera en la actualidad, de un único salario viven muchas
personas.
Los problemas son tantos que no
alcanza el espacio, pero basta con decir que hay razones de sobra para no pagar
la deuda, debemos romper con el FMI y la política del imperialismo de inmediato
y esa exigencia nos toca a todos los afectados con esa política.
Nuestro llamado al movimiento popular
Nuestro planteamiento es un llamado
a la lucha contra la política económica que aplica el gobierno y lo hacemos a
toda la clase trabajadora y en particular a la base de la resistencia, a quién
también tenemos que decirle que la cúpula que dirige al FNRP-LIBRE no
emprenderá ninguna lucha porque su proyecto es eminentemente electoral y su
esquema de oposición es la cómoda ocupación de curules en el Congreso Nacional,
y eso aquí y en cualquier parte del mundo se llama traición. No nos cansamos de
decir que la verdadera oposición está en las calles y en la huelga, por eso
proponemos una Jornada Nacional de Lucha, encabezada por los sindicatos en
lucha. Ese es nuestro terreno y nuestra mejor arma es la unidad de todos los
luchadores y luchadoras, al tiempo que urgimos de una verdadera dirección
revolucionaria y socialista -independiente de las direcciones burguesas y
reformistas como LIBRE y el PAC-, capaz de llevar a las masas trabajadoras a la
toma del poder aplicando la más amplia democracia.