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Ucrania: por una salida socialista, revolucionaria
e independiente a la crisis
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La revolución ucraniana consiguió un primer triunfo:
la derrota del régimen de Yanukóvich, que era la expresión en Kiev de la
opresión nacional impuesta por Rusia.
Frente a esto, el reaccionario gobierno de Putin,
representante de los oligarcas rusos, inició una agresión a Ucrania, valiéndose
de su base naval en Crimea y de organizaciones paramilitares al servicio del
Kremlin y del histórico y reaccionario chovinismo gran ruso. Todo esto en
nombre de la “protección” de la población de origen ruso en Crimea. Pero esta
acción desesperada de Putin no es más que una reacción a la caída, a manos del
movimiento de masas, del gobierno títere de Yanukóvich, títere de los intereses
oligárquicos del Kremlin en Ucrania.
Los trabajadores ucranianos, en este enfrentamiento,
tampoco pueden depositar ninguna expectativa en los imperialismos
norteamericano y europeo para la defensa de la soberanía de su país. Estas aves
de rapiña están negociando con Putin sobre la base de sus propios intereses de
dominación en la región. En este sentido, la parafernalia chovinista
patrocinada por Putin y su “corte” parlamentaria en Rusia para justificar la
agresión a Ucrania será convertida en un arma para atacar a la clase
trabajadora rusa.
Repudiamos vehementemente esta agresión a Ucrania y
llamamos a los trabajadores rusos y ucranianos a la unidad, lo cual se concreta
en el grito: ¡Fuera Putin de Ucrania!
El gobierno de Kiev se somete al imperialismo en nombre de la independencia
El jefe de la misión del FMI, Reza Moghadam, después
de su visita a Kiev declaró que: “Estoy positivamente impresionado con la
determinación de las autoridades y el sentido de responsabilidad y compromiso
con una agenda de reforma económica y trasparencia”. La ocupación militar rusa
de Crimea y la visita del FMI actúan como una pinza que estrangula y amenaza la
continuidad de la revolución.
El gobierno provisorio de Kiev es cómplice de una
maniobra contrarrevolucionaria entre Obama, la UE y Putin al declarar que
acepta el programa económico dictado por el FMI, que será descargado en las
espaldas de los trabajadores y la crisis económica, resultado del robo y el
pillaje de la propiedad estatal realizados por los oligarcas ucranianos, sean
del bando de los ladrones vinculados a Yanukóvich o sean del bando ligado de la
ex primer ministra Timoshenko, que tienen mayoría en el nuevo gobierno.
Lo que Obama, la UE y Putin más temen es que en la
consciencia de los trabajadores está es el hecho de que su lucha y movilización
pueden derrotar y derrocar gobiernos, demostrando en que la plaza Maidán pasó
por encima del sacrosanto acuerdo entre Yanukóvich para mantener el régimen a
cambio de la anticipación de las elecciones. Ahora, la agresión rusa es el
pretexto para que el gobierno de Kiev, dirigido mayoritariamente por el partido
Patria de Timoshenko, firme los pactos de sumisión al imperialismo, que
significará la utilización de la deuda como instrumento de sumisión del país y
de profundos ataques a la clase trabajadora.
En este sentido, la agresión del gobierno de Putin
ayuda a la propaganda de las fuerzas de ultraderecha que integran el gobierno
–Svoboda (Liberdade) y Pravy Sektor (Sector de Derecha)-, pues los defensores
de la agresión militar afirman que es una medida defensiva contra los partidos
fascistas. Sin embargo, la agresión de Putin y la violación de la soberanía de
Ucrania no hacen más que reforzarlos. Estas organizaciones tienen por objetivo
impedir que la clase obrera identifique su principal enemigo: la burguesía
ucraniana, rusa y el imperialismo. Su chovinismo reaccionario contra los
“rusos” y su antisemitismo –además de su defensa de los colaboradores de la
barbarie nazi- no tiene otro objetivo que dividir a la clase trabajadora ¡Esa
ultraderecha y los neonazis son agentes del imperialismo y tratan de
direccionar a los trabajadores y el pueblo para aceptar la sumisión colonial a
las potencias imperialistas, a la UE y al FMI en nombre del “nacionalismo”!
La agresión de Putin a Ucrania refuerza la propaganda
reaccionaria de esas organizaciones y esconde el verdadero hecho de que, al
integrar un gobierno que se tira en los brazos del imperialismo, demuestran que
su “nacionalismo” no resiste a los “encantos” del capital financiero.
El principal objetivo inmediato de la revolución –la
independencia del país y la lucha contra la oligarquía corrupta- ya están
siendo traicionados. La política de la “santa alianza” entre el imperialismo
norteamericano, la UE y todos los partidos que integran el gobierno de Kiev
para detener la continuidad de la lucha que derrocó a Yanukóvich, y que ahora
se debe dirigir contra el actual gobierno, está ahora siendo facilitada por el
Kremlin, que alimenta a la reaccionaria política chovinista de lucha entre
pueblos, cuando solamente los trabajadores y su unidad internacional pueden
garantizar la independencia de Ucrania y la lucha contra las serviles
camarillas burguesas que están vendiendo el país.
Frente a este doble ataque, de las tropas rusas y del
saqueo imperialista a través de la sumisión del nuevo gobierno, es necesario
construir una salida independiente de la clase obrera y del pueblo, que
enfrente la agresión rusa y los ataques imperialistas. Que luche por una
Ucrania independiente y unida que sólo puede ser conquistada si los oligarcas
corruptos son expropiados, y para eso es necesario un gobierno de los
trabajadores y del pueblo apoyados en sus organizaciones democráticas.