Por Domingo Godoy
En los últimos meses,
tres países centroamericanos han visto girar su agenda política en torno a las
elecciones, en Honduras sucedieron el 24 de noviembre de 2013, en El Salvador y
Costa Rica el 2 de febrero del presente año. Estas elecciones se desarrollan en
una atmósfera particularmente oscura, debido a los efectos de la crisis
económica mundial y los efectos de los Tratados de Libre Comercio y demás
paquetes neoliberales que impone el imperialismo como parte de su estrategia de
recolonización. Para no tomar riesgos el gobierno norteamericano no olvida su
vieja profesión de “el policía del mundo” y nos militariza de costa a costa con
la trillada excusa del combate al narcotráfico.
Viraje a la izquierda
Todo indica que la
crisis que enfrenta la región en el plano económico y social atizó el
descontento de las masas explotadas y decidieron “castigar” a los responsables
de que Centroamérica se mueva como un barco a la deriva, es decir, a los
partidos burgueses históricos, favoreciendo en general a las expresiones de
izquierda reformista; en El Salvador el Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional FMLN logra el primer lugar con el 48% de los votos y se
perfila como favorito en la segunda vuelta este 9 de marzo, ésta vez teniendo
como candidato a uno de sus dirigentes históricos, el ex comandante Salvador
Sánchez Cerén. En Costa Rica, este fenómeno se expresa principalmente en el
espectacular crecimiento del Frente Amplio FA (partido reformista que aglutina
gran parte de la izquierda) que pasó de tener un diputado en la persona de José
María Villalta, a conseguir el 17% de los votos que le deja un saldo de nueve
diputados. En Honduras, Libertad y Refundación LIBRE capitaliza el ascenso
revolucionario de 2009 y de no haber sido por el fraude y la política
conciliatoria de la dirigencia, LIBRE sería gobierno.
Bondades y los límites de ese giro.
Ese viraje a la
izquierda tiene sus límites y particularidades, pero plantea la posibilidad de
avanzar hacia la organización independiente de los trabajadores en la región
para reclamar nuestro día de sol. Dicha politización de nuestra sociedad facilita, entre otras cosas, el
debate sobre los avances y contradicciones. Por ejemplo: gracias a ello es
posible explicar que el FMLN ya no representa una alternativa para los
trabajadores salvadoreños, lo ha demostrado persiguiendo al movimiento
sindical, aplicando todas las recetas del FMI y con el enriquecimiento de sus
dirigentes. Sin embargo, los luchadores salvadoreños no terminan de hacer la
experiencia con el FMLN, todavía no asimilan que los objetivos de sus
dirigentes cambiaron desde el momento que decidieron pasar “de las trincheras a
los palacios” en el momento de le “ofensiva final” y actualmente constituyen
una pieza clave del reaccionario rompecabezas del imperialismo. Bajo esa tesis
se construye nuestro partido hermano la Unidad Socialista de los Trabajadores
(UST) con buen suceso.
Ascenso en Costa Rica
En Costa Rica, lo que
apreciamos es el alcance del ascenso que viene desde las luchas contra el TLC
en 2007 y más recientemente la reorganización por la defensa de la Caja de
Seguros, del magisterio, del campesinado, pescadores, entre otros. No sorprende
que el Partido Liberación Nacional (PLN) encabezado por Johnny Araya, solo
consiguiera el 29.6% de los votos, y que esté en la cuerda floja de cara a la
segunda vuelta el 6 de abril, ante su competidor Luis Guillermo Solís del
Partido Acción Ciudadana (PAC), que sacó el 31%. Pero hay algo más, esta vez el
abstencionismo llegó a 32% uno de los más altos de la historia, pese a tener
trece partidos inscritos a nivel nacional, lo que hace falta es una brújula que
oriente el camino.
Todo ese despertar de
las masas, hizo posible la inscripción a escala nacional, del Partido de los
Trabajadores, (PT), y se reafirma con una votación importante, la cual duplica
el resultado de la Izquierda Unida en el 2006, que agrupaba a cuatro
organizaciones políticas lideradas por Vanguardia Popular, cuyos resultados
fueron 2,291 votos a nivel presidencial (0.14%), y 5744 para diputados (0.36%).
Más allá de los votos obtenidos por los compañeros del PT, la victoria le
corresponde a toda la clase trabajadora costarricenses, porque ya cuentan con
una herramienta de lucha con una propuesta claramente socialista y un método
ampliamente democrático, del cual somos testigos.
¿Cómo se explica la contradicción hondureña?
Para cerrar este
artículo, en Honduras, lo que gana en notoriedad dicha “izquierdización” lo
pierde en significado ya que las multitudinarias movilizaciones contra el golpe
de Estado y el repudio contra el gobierno continuador, la burguesía supo
canalizarlas hacia la arena electoral. Desde entonces, la dirigencia del
FNRP-LIBRE, en vez de fortalecer la disposición de lucha y la unidad, ha sido
un freno para las iniciativas de la base, como sucedió con su actitud permisiva
ante el reciente fraude electoral y en algunos casos llegando al descaro de
cuestionar y desautorizar públicamente a los jóvenes que luchan, lo cual
refleja que no se trata de errores de apreciación, sino de una evidente
estrategia de colaboración con el régimen liderada por Manuel Zelaya.
Desde el PST
sostenemos que una política coherente debe contener el sometimiento de la acción
parlamentaria al plan de lucha en las calles y no al revés, de lo contrario le
daremos al imperialismo el gusto de vernos colaborando con la reacción
burguesa, como lo ha venido haciendo en todo el continente. De ahí que, nuestra
conclusión es que el “viento a favor” que proviene de la tormenta solo nos
puede salvar si contamos con un buen capitán y ese es el partido revolucionario
socialista, los partidos reformistas como el FMLN, el FA y LIBRE solo nos
ofrecen la ruta circular que conduce a la tenebrosa calma del ojo del huracán,
es decir, en vez de la salida representan el naufragio.