
Este noviembre, se cumple un año de una de las gestas heroicas más importantes de la última década. De forma inevitable, el descontento acumulado contra JOH, frente a los fraudulentos resultados electorales, desembocaron en una frenética insurrección popular. Los paros, movilizaciones, y toda acción permanente de protesta representó para el dictador uno de los golpes más duros en todo su período. Al frente de esta heroica lucha estuvo la juventud, las mujeres, barrios, aldeas, caseríos, y trabajadores. La burguesía nacional y el régimen, se rodearon rápidamente de una crisis, que tuvo como chaleco salvavidas la intervención imperialista yanqui, la feroz represión y la política conciliadora y traidora del partido LIBRE y el conjunto de la Alianza de Oposición contra la dictadura.
Los hechos
Primero,
con ayuda de sus opositores, JOH se hizo camino fácil para presentarse en los
comicios electorales, de forma ilegal e ilegítima, avalado por la Corte Suprema
de Justicia (CSJ). Frente a la reelección, sus opositores, y principalmente
LIBRE, defendieron una política alejada de un método revolucionario de lucha,
privilegiando la vía muerta de las elecciones. El discurso siempre fue “La
reelección la venceremos en las urnas”.
Segundo,
una vez logrado el fraude, lejos de festejar, los sectores más populares
desconfiados del dictador, espontáneamente salieron a las calles a luchar,
exigiendo su salida. Contrariamente, la Alianza entre Mel y Nasralla se movía
en el terreno inútil de la democracia burguesa. Ambos, el Partido Nacional (PN)
y la Alianza, negociaban con la embajada americana y la secretaría de
relaciones internacionales de EE.UU.
Tercero,
se profundizó la paralización, logrando poner a la burguesía y al mismo JOH en
la cuerda floja. Las masas cumplieron majestuosamente su papel insurreccional
contra el dictador, derrotando el Estado de Sitio, tumbando peajes y haciendo
cortes de carretera. El país se colapsó de tal manera que, en las mismas fuerzas
armadas hubo momentáneamente una fisura, que revelaba las heridas que la
insurrección gestaba al régimen. Este alzamiento tuvo como principal obstáculo
una dirigencia que, por su carácter burgués, confió más en los acuerdos bajo la
mesa, desmovilizando cualquier posibilidad de derrocar a JOH por la vía
revolucionaria. El discurso pacifista de Mel Zelaya y Nasralla llevaron la
lucha a un callejón sin salida, y abrió paso a la coronación de JOH en la silla
presidencial.
Cuarto,
el régimen de JOH dio un giro reaccionario, aumentando la represión. La
dictadura asesinó y encarceló a luchadores honestos en distintas regiones del
país. Así, aunque con un clima de inestabilidad, JOH tomaba posesión el 27 de
enero.
¿Qué factores contribuyeron al triunfo del
fraude?
En
primera línea responsabilizamos la intervención del imperialismo y el nefasto
papel de sus organismos (ONU, OEA, UE, etc.). En igual nivel de importancia
responsabilizamos el papel de LIBRE, y Nasralla quienes, desmovilizaron en
momentos cruciales de la lucha, volcándose a las mesas de dialogo, en el caso
de Nasralla, y a formar parte del gobierno en el caso de LIBRE, ambos
legitimaron la dictadura, traicionando así a los verdaderos opositores que
luchaban en la calle.
Por
otro lado, el aumento de la represión, y encarcelamiento de más de 20 presos
políticos, dejó sin articulación y respaldo a regiones que eran bastiones de la
lucha, como Villanueva, Choloma, El Progreso y Choluteca, que aún hoy enfrentan
los embates represivos del régimen. Pesó mucho, además, en el terreno
insurreccional, la ausencia de una dirección revolucionaria y consecuente con
la lucha. La ausencia además de una organización unitaria de trabajadores que
estuviese en primera fila contra el gobierno, situación que corresponde a una
bancarrota ideológica de los sectores de izquierda y organizaciones sindicales,
que fueron en su mayoría absorbidos por el melismo.
¿Cuál es la situación del gobierno
fraudulento?
JOH
se heredó a sí mismo un gobierno en crisis económica y política, el cual no se
termina de recuperar de todas las pérdidas económicas que representó un mes de
movilizaciones, paros y cortes de carretera durante la lucha contra el fraude.
Además, desde el ascenso de Trump al poder, la relación colonial de Honduras
con el imperialismo norteamericano se asentó aún más. Esto debido a que la Casa Blanca, ante a
inestabilidad nacional, quiere mantener un control más férreo sobre su gobierno
títere en el país, para que sus negocios en nuestro territorio no se pongan en
riesgo. Es así que, aprovechando las disputas internas en el Partido Nacional,
-que se expresan en las exigencias del COHEP para eliminar la Tasa de
seguridad, la prisión a la familia Lobo Sosa o en el mismo caso Pandora-, son
dos instancias del mismo régimen, y tuteladas por la embajada Yankee, como el
CNA y la MACCIH, las que son empleadas por el imperialismo para recordarle a
JOH y sus compinches quién es el que en verdad manda en el país. Además, JOH se
hace acompañar de un bipartidismo sumamente desprestigiado y una situación
económica que no se espera levante cabeza en los próximos años.
Una
vez impuesto el fraude, el gobierno trabajó en la instalación del “dialogo
nacional” que tácticamente le permitió dividir a la Alianza de Oposición.
Además, el -dialogo real- entre los partidos pasó al hemiciclo legislativo, al
grado que en la actualidad LIBRE cuenta con un representante en la junta
interventora del Registro Nacional de las Personas (RNP), y abiertamente los
partidos manifiestan la posibilidad de pactar una Asamblea Nacional
Constituyente (ANC). La ANC podría abrir la posibilidad de que los partidos
lleguen a un acuerdo que reglamente la reelección, dejando así en claro su
apoyo a que JOH complete su segundo período de gobierno, y a su vez, abriéndole
a Mel la vía libre para candidatearse en 2021.
Sobre
la perspectiva económica, el crecimiento no logró los indicadores esperados.
Representantes del Banco Central de Honduras (BCH) afirman que el 2018 cerrará
con los porcentajes de inflación más altos en los últimos años, la pobreza
ascenderá al 60% y la extrema pobreza al 40%, razón por la que unos 7,000 o más
hondureños huyen del país, en busca del sueño americano. Por si fuera poco, en
el transcurso del año, el gobierno tuvo que enfrentar una serie de protestas, como los paros de
transporte contra las alzas en los combustible y peajes, paros estudiantiles,
huelgas en la maquila, y la movilización del 30 de agosto por la liberación de
los presos políticos, entre otras.
Las luchas siguen
Lo
más positivo de todo, es que a un año del fraude, JOH no logró aplastar
físicamente a los distintos sectores en lucha. Al contrario, sus políticas
neoliberales han sido un caldo de cultivo para las luchas actuales.
Curiosamente, el mes de noviembre ha estado lleno de innumerables luchas, justo
a doce meses de las elecciones y el fraude. Destacan la lucha de Guapinol
contra los proyectos mineros, las denuncias contra acoso sexual por parte de
las estudiantes universitarias, la negativa a la llegada de las garras
privatizadoras al INFOP, la exigencia incansable por justicia para Berta
Cáceres, el otorgamiento de becas para los estudiantes de medicina por su
trabajo educativo social, y así podríamos extender la lista.
Conclusiones
El gobierno de JOH se impuso con
inestabilidad, y sólo se sostiene gracias a la represión y a la contribución de
los partidos de oposición, que desde el período de gobierno anterior sostienen un pacto de gobernabilidad con el
régimen. LIBRE es un partido burgués que, desde la crisis de 2009, le
apuesta a la recomposición de la democracia burguesa por excelencia. La
insurrección post electoral logró herir con más fuerza al régimen, que el
pataleo parlamentario que la mal llamada “oposición” ha hecho desde hace años.
Entonces, ¿a JOH se le saca con reformas o en las calles? La experiencia
reciente demostró que unas semanas de paros y movilizaciones logró más que
cuatro años de curules y demagogia parlamentaria. El papel desmovilizador de
LIBRE se fortalece en la medida que el movimiento popular y social no construye
una alternativa a la izquierda de esta institución política, que dicho sea de
paso, avanza cada vez más a una irreversible adaptación al gobierno. Y por
supuesto, Honduras sigue fiel a sus relaciones y servilismo con el
imperialismo, y no decide nada sino es con la bendición de los EE.UU.
¿Qué hacer?
A
nuestro criterio, urge la organización de una articulación independiente de los
caudillos burgueses, que recupere la independencia de clase de la década
anterior, en lo que ayer fue la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular
(CNRP). Una –Coordinadora Nacional de Lucha contra la dictadura- a la izquierda
del Melismo y los sectores de la burocracia sindical y oportunistas de
izquierda, que privilegie la movilización como método de lucha. Esa dirección
revolucionaria deberá definir un programa, y una estrategia de movilización por
la caída del dictador. Teniendo como
primer eje: La defensa de las libertades democráticas, es decir la liberación
inmediata de todos los presos políticos y la independencia definitiva de
Honduras frente al imperialismo y sus agentes. ¡No más criminalización de la
protesta! ¡No más acuerdos de hambre y privatización con el FMI! ¡Abajo las
concesiones mineras e hidroeléctricas! ¡Fuera la base militar de Palmerola! ¡No
más pago de la deuda externa! ¡No a la Policía Militar!