Por Norma Cruz Hernández
En medio de las protestas y la inconformidad del pueblo hondureño contra el fraude electoral, se ha hecho realidad una demanda que se venía planteando desde hace más de un año principalmente en la ciudad de El Progreso, donde se había instalado un campamento permanente en protesta contra el cobro del peaje.
El peaje representa la rapaz y neoliberal política
privatizadora de este gobierno que en forma avorazada, vende el territorio
nacional y concesiona todos los servicios públicos a la empresa privada y en
este caso concesiono los principales ejes carreteros por 20 años a empresas
trasnacionales con socios serviles hondureños.
En el caso de El peaje de El Progreso, lo
concesionaron a una empresa colombiana sin que esta invirtiera un centavo
en su construcción solamente vinieron a instalar las casetas y empezaron
a cobrar onerosas cantidades que afectaba gravemente a la economía de las
personas que transitan diariamente por esa carretera.
Aparte de este peaje en la ciudad tenían
otros dos peajes en construcción y planes de construir uno más en otra entrada
de acceso al litoral atlántico, haciendo planes de recaudar unos $25,000 de
dólares diariamente, en cada uno de esos puestos.
Hoy y en el marco de una insurrección popular
contra el fraude el pueblo en forma espontánea prendió fuego a las casetas de
peaje, haciendo un recuento de cinco casetas incendiadas por la
población indignada como una muestra de repudio a este cobro que fue impuesto
de una forma arbitraria.
Cabe mencionar que los peajes en Honduras los
impusieron en forma totalmente ilegal ya que violenta la libertad de
circulación que garantiza la constitución y estos retenes solo enriquecen a sus
concesionarios y en forma abusiva están bastante cercanos uno de otro y
sometidos los cobros de una revisión anual que permite aumentar según la
voluntad de los concesionarios.