Un recuento por la historia
Para el Siglo XX las mujeres ya
recibían los vestigios del auge capitalista, la miseria, el hambre y la guerra
las empujaba cada vez más a ocupar los peores, mal pagados y súper explotados
puestos de trabajo. En febrero de 1909 con las socialistas americanas a la
cabeza se organizaron en EE.UU las primeras grandes manifestaciones y reuniones
de mujeres por el derecho al voto y la
participación política de la mujer. Para 1910 en la II conferencia de mujeres
socialistas la revolucionaria Clara Zetkin proponía la necesidad de organizar
un día internacional de la mujer bajo el lema “el voto para las mujeres será unir nuestras fuerzas por el
Socialismo”.
Así adoptando la resolución en
Austria y Alemania el día de la mujer se
realizó el 11 de marzo de 1911. Dos años después a partir de 1913 la fecha se
transfirió al 8 de marzo y a partir de esta fecha el trabajo se realizó con un
carácter mucho más combativo e internacional. Para ese año los sindicatos y organizaciones de
trabajadores tenían una población femenina creciente, el imán para organizar a
las mujeres trabajadoras era que desde la organización obrera y socialista se
demandaba una legislación de protección hacia las obreras. Los socialistas de
varios países exigían seguro para la madre y sus hijos.
En 1914 la organización de este
día en Rusia fue intervenida por la policía Zarista, impidiendo la
manifestación planificada. La burguesía veía en las amplias masas femeninas un
sector que por su condición de opresión y explotación reforzaría el voto de la
clase trabajadora en los principales parlamentos burgueses y además le daría a las mujeres una
experiencia organizativa que fortalecería la organización proletaria
internacional, razón por la cual las burguesías obstaculizaron a toda costa las
leyes que dieran paso a los derechos de la mujer. Fue de gran importancia para
la organización obrera internacional que en Rusia las mujeres, que vivían la
represión Zarista participaran con acciones de presión en el día internacional
de la mujer, sin esa experiencia acumulada las mujeres no habrían dado inició a
la Revolución del 8 de marzo de 1917 (23
de febrero en el calendario ruso de la época) que concluyó con la Revolución
Socialista Rusa de octubre.
Rusia con la revolución se
convirtió en el primer país que dio voto a las mujeres y derogo toda ley que la
ponía en una situación de desventaja frente al hombre, tuvo la primera mujer
Ministra, además incorporó a las mujeres a la planificación de la
economía del Estado socializando el trabajo doméstico con guarderías, comedores
y lavanderías públicas para que estas se fueran quitando de sus hombros la
servidumbre con que cargaban. Revolución y avance de las mujeres que luego fue
traicionada por el Estalinismo. De aquella gran experiencia pasaron 100 años
ya.
Retornando al origen
El paro internacional de mujeres
marca a diferencia de otros años un carácter sumamente progresivo en la
organización y lucha de las mujeres, recoge además un descontento acumulado,
donde indignarse en casa ya no es suficiente. La violencia machista que a diario recoge
miles de víctimas ha sido el detonante para que en países como la India,
Argentina y Brasil las mujeres salgan masivamente a exigir un fin a los
femicidios y la impunidad. En Polonia, España y Chile el derecho al aborto
legal recogió otras grandes
manifestaciones de mujeres. El pasado 21 de enero en Washington las
mujeres americanas enfrentaban el machismo, homofobia y xenofobia del ahora
mandatario presidencial Donald Trump.
Todos estos eventos, y las
acciones que se realizarán este próximo 8 de marzo en más de 30 países con el Paro Internacional de Mujeres, recoge el
origen y la tradición del día internacional de la mujer buscado por las y los
socialistas. En palabras de Alexandra Kollontai la primera mujer Ministra: “El día de la mujer trabajadora es un día de
solidaridad internacional y un día para la revisión de la fuerza y la
organización de las mujeres proletarias” No es casualidad que cuando más
ajustes, recortes y planes de austeridad
el capitalismo impone, más se fomenta la organización de las mujeres,
precisamente porque es el sector más afectado. Esta debe ser una experiencia
que acumule fuerza con los años, ampliándose a más países, e incorporando a los
sectores organizados de la clase trabajadora.
En Honduras es preciso fortalecer las luchas de las mujeres
En Honduras la violencia y
femicidios aumenta cada año y la
tendencia no es a disminuir, al contrario podría aumentar. Sólo en los últimos
10 años se registran más de 4500 asesinatos. La brecha salarial entre hombres y
mujeres es del 17%, las campesinas se encuentran en batalla campal por el
acceso a la tierra, al igual que nuestras indígenas por la defensa de los
recursos naturales. El aborto se encuentra penalizado desde 1997 en su totalidad,
aunque este se practique para salvar la vida de la madre. Y somos el único país
de la región que penaliza las PAE.
Las mujeres luchadoras son
criminalizadas o asesinadas como Berta
Cáceres y Margarita Murillo. La respuesta ante toda esta situación es muy
limitada, y a pesar del auge
internacional en Honduras no se logra avanzar hacia la organización de un
movimiento multitudinario de mujeres que salga a las calles decididamente por
sus demandas. La ausencia de secretarías, comisiones, o grupos de mujeres
dentro de las organizaciones hoy nos está pasando la factura, pero también un
movimiento de mujeres poco insertado en la población, y con una confianza más
puesta a las acciones legislativas que de calle. Es preciso entonces fortalecer las luchas de
las mujeres, ubicando sus demandas como parte de las demandas generales de la
clase obrera y con la movilización como estrategia prioritaria.
Llamamos al movimiento sindical, estudiantil, campesino y popular a
parar con y para las mujeres
El machismo que impide hoy la
participación amplia de las mujeres en las luchas, no se combate
conscientemente dentro de las organizaciones. Cabe entonces presionar por la
organización especial de las mujeres dentro de ellas, y que además estas
organizaciones adopten las demandas de las mujeres por: mejores condiciones de
trabajo, igualdad salarial, por la defensa de los derechos de maternidad, despenalización
del aborto, un alto a los recortes en salud y educación, tierra para nuestras
campesinas, justicia contra la violencia machista y los femicidios.
Un buen inicio de las
organizaciones sería este próximo 8 de marzo, día internacional de la mujer,
para luchar con y por las mujeres. Porque machismo también es no colocar las
demandas de las mujeres como parte del programa de las organizaciones de la
clase trabajadora. Además no son acaso las mujeres que se encuentra en primera
lucha combatiendo a los terratenientes, las transnacionales, los patrones y en las luchas estudiantiles
grandiosamente haciendo resistencia a los ataques y la represión del Julietismo
y Escoto. Desde el PST estamos totalmente convencidos que sin la participación
democrática y decisiva de las mujeres no podremos aspirar si quiera a derrotar
la política de hambre y continuismo de JOH.
¡Todas y todos al gran paro internacional de Mujeres!
¡Unidad de hombres y mujeres contra el machismo y la explotación!