Por Kely Núñez
![]() |
Qué paradójico: la mujer campesina produce el 70% de los alimentos del país, pero vive en la miseria. |
En artículos anteriores a este de la “Sección mujer” hemos
descrito la penosa situación en que el capitalismo mantiene a la mujer
trabajadora; en esta edición intentaremos dar a conocer la situación particular
de las campesinas, pieza fundamental de la economía del país. Para ello, es
necesario no sólo estudiar su papel como productora, sino verla en el marco de
la situación general del campesinado.
La población rural de Honduras representa casi el 61% de la
población total; de esta cifra, el mismo porcentaje vive en la pobreza,
atravesados por una profunda crisis agraria y alimentaria, son unas 300, 000
familias campesinas que no tienen acceso a la tierra; del 66% de los
agricultores que producen los principales granos básicos solo el 8% tiene
acceso a la tierra cultivable. Es desde principios de los 90´s con la Ley para
la Modernización y Desarrollo del Sector agrícola que se pone en pie un plan de
expropiación de las empresas campesinas y de sus derechos adquiridos en los
70´s cuando se promulgó la Ley de la Reforma Agraria. Por lo que la lucha por
el acceso a la tierra ha sido una constante del movimiento campesino, cuestión
que les ha costado una feroz persecución política por parte del régimen,
ejemplo de ello, es el caso reciente de la dirigente campesina Magdalena
Morales a quien el 14 de febrero se le dictó sobreseimiento provisional.
La
mujer campesina entre la pobreza, lucha y
persecución.
Las mujeres del campo junto con las indígenas son en su
mayoría analfabetas, víctimas de violencia, con poco o nada de acceso a
condiciones óptimas de salud, educación y empleo digno. La mujer campesina
aporta el 70% de la producción de alimentos que se consumen en el país, pero su
contribución como productora no se ve reflejada en su condición de vida ya que
el 65% se encuentran en pobreza y el 45%
en extrema pobreza y del total de las familias campesinas el 25% son familias
encabezadas por mujeres.
Recientemente, el 06 de Marzo, las mujeres de la Vía Campesina en el foro
denominado: “Mujeres Campesinas, Indígenas y Afroamericanas estableciendo su
posición política en proceso de integración” daban las siguientes exigencias:
Aprobación inmediata de la Ley de Transformación Agraria para las mujeres del
campo, cumplimiento del 10% de asignación presupuestaria en carácter de
fideicomiso para desarrollar el agro hondureño, cese a la violación y amenazas
por parte de terratenientes y empresarios contra las comunidades
campesinas.
El 8
de marzo y la voz de la mujer.
El pasado 08 de marzo, las protestas del día internacional de
la mujer comenzaron en el Instituto Nacional Agrario (INA) con sombreros y
machetes arriba; las mujeres campesinas exigían al director del INA salir a
escuchar sus exigencias tales como: derecho a la tierra para trabajar y los
medios para producirla, al mismo tiempo que denunciaron al INA por estar al
servicio de los grupos de poder del país y las transnacionales; las compañeras
decían ¿Por qué se les entrega nuestro territorio a las transnacionales para
las ciudades modelo? Es decir, el campesinado ya no sólo es víctima de la
expropiación de sus tierras por parte de los terratenientes nacionales, ahora
también con las “Zonas Especiales de Desarrollo” (ZEDE) mejor conocidas como
ciudades modelo, los terratenientes extranjeros tendrán control sobre las
tierras de las familias campesinas.
El movimiento campesino no ha cesado en sus acciones por el
acceso a la tierra y mejorar sus condiciones de vida, por eso son los principales
blancos del régimen; dirigentes y defensores de los derechos del campesinado
son víctimas de la persecución. Además del caso de Magdalena Morales,
Secretaria General de la CNTC, otro caso fuerte es el de Isabel Morales
dirigente campesino del Bajo Aguan a quien el pasado 07 de febrero se le
ratifico su sentencia; “Chavelo” tiene cinco años de cárcel sin sentencia
firme. Recientemente la abogada Marlen Cruz Licona fue capturada por
“usurpación, robo y daños” en perjuicio de la Compañía Azucarera Hondureña S.A.
(CAHSA), la abogada es perseguida por su apoyo al Movimiento Campesino de San
Manuel Cortés (MOCSAM) en el Valle de Sula. Estos casos podrán ser de los más
públicos pero no son los únicos, son cientos de familias procesadas por los
terratenientes y transnacionales.
El campesinado tiene necesidad de que se reactive la
resistencia con los métodos revolucionarios que la caracterizó en sus inicios
contra el golpe de Estado y no con la pasividad que la mantiene ahora su actual
dirigencia del FNRP; mientras estos insisten en no articular las luchas del
pueblo y no movilizarnos nuestros campesinos y sobre todo, las mujeres del
campo, seguirán sufriendo los embates del régimen.